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jueves, 3 de diciembre de 2009

EMPIECE A TEMBLAR. CHICHO IBÁÑEZ SERRADOR PRESENTA... HISTORIAS PARA NO DORMIR.


PARTE DEL ARTÍCULO PUBLICADO POR JULIO BARROSO EN LA REVISTA ENIGMAS DEL HOMBRE Y EL UNIVERSO (NOVIEMBRE´09) CON EL TITULO: "NECESITAMOS EL TERROR PARA ASUSTARNOS Y SENTIRNOS NIÑOS OTRA VEZ"

Todos recordamos a este polifacético realizador de televisión, todo un mago de la pequeña pantalla que supo meternos el miedo dentro del cuerpo, y que hoy en nuestros días muchos ven en él, un maestro de las artes cinematográficas en el género del Terror. Su imagen sentado en un sillón orejero de piel marrón y fumando un puro fue durante décadas su sello personal.

Vino al mundo -seguramente una noche oscura de truenos y relámpagos- dentro del teatro un 4 de julio de 1935 en Montevideo, (Uruguay), y por sus cuatro costados mamó el mundo artístico ya que desciende de dos familias de artistas. Desde sus primeros meses acompaña a sus padres, Pepita Serrador y Narciso Ibáñez Menta, en giras teatrales por toda América. Chicho vendría a España a la edad de 12 años junto a su madre tras ser testigo de la amarga separación de sus padres, todas estas circunstancias hacen que se convierta en un niño deprimido y enfermizo, aquejado de asma, una enfermedad que a esa edad le haría alejarse del deporte y de correr con el resto de los niños, y para más inri, llego a padecer de púrpura hemorrágica (una especie de hemofilia que en algunos casos podía llegar a ser mortal). Su abuelo paterno, Narciso Ibáñez Cotanda, se convirtió desde el divorcio de los padres, en el tutor, maestro y la compañía inseparable del pequeño Chicho.

Su abuelo, Ibáñez Cotanda era una especie de filosofo popular, bohemio y provocativo que contribuiría en el desarrollo mental del pequeño Chicho, y por otro lado, estarían los libros y las lecturas a la luz de la luna, como lo fueron sus autores preferidos como Herman Melville, Julio Verne, Emilio Salgari... son algunos de los autores que vienen a la mente entre los muchos de una colección selecta y fabulosamente excitante. Y si indagamos obtenemos los tres héroes de aquella literatura de la infancia, que no puede ser más clarificadoras y significativa. Primero, un auténtico clásico de la literatura mas traviesa, el Guillermo de Richmal Crompton. El segundo y tercero nada tienen de infantiles y si mucho de lecturas de iniciación: Edgard Allan Poe y los libros de biografías. Terror gótico y vidas ejemplares, toda una serie de datos que marcaría la personalidad del magistral realizador de cine y televisión.


Seguramente los cuentos de Poe robaron en más de una ocasión los sueños de Chicho, lo empezó a leer a la edad de 7 años, ya que te permite cruzar una gran barrera que les está prohibida a la mayoría de los niños. Una barrera que levanta a los adultos para prevenirlos de los resquicios más oscuros de la mente humana, es decir, de la vileza, las adicciones, la lujuria, la locura y como no, la muerte, elementos con los que Poe tejía sus impactantes relatos. Chicho decía: "En una ocasión una persona me preguntó, refiriéndose a una serie de televisión que tenía por base precisamente los relatos de Poe: "¿Encuentra usted algún valor positivo en estos cuentos de miedo que nos ofrece a través de la televisión?. ¿Cree usted sinceramente que la literatura de terror tiene algún mérito?. Contesté que sí, que creía que los hombres necesitábamos del terror. Nadie es tan impresionable como los niños, que en la oscuridad de la noche se asustaban de los ruidos y murmullos, las sombras, hasta del mismo silencio. No, nadie se asusta más que un niño, por eso creo que los hombres a veces necesitamos del terror para asustarnos y sentirnos niños otra vez".


Chicho comenzaría a estudiar Filosofía y Letras en Salamanca que pronto dejaría para comenzar a realiza el gran viaje de su vida, emprende camino hacia Egipto con la vaga excusa de perseguir a un primer amor. Egipto le llega a parecer fascinante y exótico, llega a poner a prueba a ese nuevo Chicho que tenía en mente. Y era cierto que al Cairo se dirigía ese primer amor. pero pronto paso a un segundo plano, dejando un camino libre a lo que de verdad llevaba buscando durante tanto tiempo: una aventura auténtica y real. Partió con solo cuarenta dólares en el bolsillo y sirviendo de camarero de segunda en un barco turco. Chicho cuenta: " Comencé a ganarme la vida como guía para españoles. Por aquel entonces los pocos que viajaban eran casi todos catalanes. Yo me aprendía las guías turísticas de memoria y visitaba por primera vez los sitios como guía el mismo día que los turistas. "Esta es la columna de Ramsés III", y estaba señalando a Dios sabe qué..."

Y allí se ganaba la vida a duras penas como guía turístico, Egipto entra en conflicto con Israel. La guerra se le viene encima, y Chicho decide sacar partido de esa situación ofreciéndose a "La Nación", uno de los mejores diarios de Buenos Aires, como reportero a pie de batalla.

En su primer trabajo como periodista, un trabajo que en la mente de aquel chaval se vivió más como una aventura de Salgari que como el peligroso cometido que era en la realidad. Cuenta sobre esto Chicho: "Yo no soy muy valiente, pero en las situaciones desesperadas siempre he tenido la impresión de que no iba a sucederme nada. Vi como un obús levantaba a un metro del suelo a un soldado egipcio. Me acerqué, el soldado estaba reventado con todas las tripas fuera, gritando, y entonces, aún hoy no sé cómo, hoy no podría, pero a aquella edad... lo ayudé. Lo monté en el sillín de la bicicleta y me puse a empujarla hasta que llegamos a una de las tiendas de la Media Luna Roja y allí lo dejé. Aquella acción me valió una condecoración que aún guardo".

Además de todas estas peripecias arriesgadas con peligro de muerte, están los trabajos con los que coqueteaba, como con la fotografía, fueron otros de sus oficios temporales en Tánger como fotógrafo de chicas de calendario, además de trabajar como presentador en un club nocturno del Cairo y otras formas. Los viajes serían siempre una máxima en su vida, una afición que nunca abandonaría. Ha visitado la gran mayoría de países de Europa Oriental y Occidental, ha recorrido África del Norte, India, Tailandia, Camboya, Birmania... Reside una temporada en Hong Kong, realizando allí un documental para la BBC. Consigue entrar en China Roja y es testigo en Saigón, de la guerra del Wietnam, logra llegar hasta un Lamasterio en la frontera de Nepal y Tíbet, donde conviviría durante un tiempo con una congregación de lamas.


Chicho regresa para debutar como actor en la compañía de su madre con una comedia que el mismo escribiría, titulada Aprobado en castidad, y así más de 55 distintas. Durante un tiempo, Chicho escribe numerosas novelas radiofónicas, y consigue estrenar otra obra mucho más modesta en un teatro independiente de las Islas Canarias titulada Obsesión, su primera comedia original y donde empieza a utilizar el pseudónimo de Luis Peñafiel. Además, hay que decir que fue en donde interpretó con diecinueve años uno de sus papeles más curiosos, una vieja espiritista en Espíritu burlón de Noel Coward, sustituyendo a una actriz que abandonó la compañía repentinamente.


En 1958 llegaría casi de la mano de Chicho la televisión, series como España y su teatro, dirigida y adaptada por el mismo sobre texto de Mihura, Calderón de la Barca, Lope de Vega, Jardiel Poncela.... Más tarde vendría lo que no era imposible aunar en un mismo programa calidad y audiencias masivas, como demostró Obras maestra del terror, fue la primera incursión de Chicho Ibáñez en la televisión de terror, donde a menudo citará la "escuela inglesa" como su mayor influencia y si pensamos en referencias como Hitchcok, el Dr. Quatermass, o la propia Hammer.


Cuentos para mayores vendría más tarde, escrita y dirigida por el mismo Chicho y se basaría en autores como O´Henry, entre otros. En el año 1962, el mismo estrenaba una serie que parecería para los tiempos de la audiencia de hoy. Serie basada en un texto original de Chicho y dirigida por Narciso Ibáñez Menta, se tituló "Los Bulbos", en donde se ofrecían imágenes efectistas y sanguinolentas que contaban la historia de un vagabundo (interpretado por el mismo Chicho) que llega a un pueblo vendiendo dulces a los niños. Poco después, todos los niños empiezan a comportarse de forma siniestra, y unas viscosa protuberancias brotan de sus pechos.

A pesar de la rápida carrera no se hace reconocido hasta 1963 con Obras maestras del terror. La idea consistió en llevar a la gran pantalla tres relatos de Edgard Allan Poe en forma de película de episodios y aprovechar el tirón entre el público. Luego pondría en marcha la primera serie de ciencia ficción vista en la televisión española, titulada Mañana puede ser verdad, dejó a los españolitos con televisión con el estremecimientos y sorprendidos. La serie, en horario nocturno de los jueves, mostraba temas relacionados con la ecología, el fin del mundo, temas novedosos para la época, vistos a través de autores como Asimov, Matheson y el omnipresente y querido Poe.


El capítulo de más éxito y crítica, sin duda los consiguió con Historias para no dormir, fue El pacto, adaptación de "El caso del señor Valdemar" de Poe, que acababa con un plano corto de un cadáver en descomposición. Hay que decir que en alguna ocasión cuando los días de la semana no eran suficientes para completar el rodaje y la producción del capítulo , se emitían series como "Dimensión desconocida" (Twilight Zone) o "Rumbo a lo desconocido" (The Outer Limits), que eran ya conocidas por los televidentes de la época.


Uno de los trabajos más importantes y que a Chicho le gusta recordar, es La residencia ya que fue todo un fenómeno cinematográfico del año y recaudó cifras que marcaron récord durante bastante tiempo. En ella trabajó la austríaca Lili Parmer a la que adoraba, además de los británicos John Mouder Brown y Mary Maude. Lo que nadie sabe es, que en este rodaje, Chicho vivió extrañas experiencias, que jamás había contado públicamente; "fue en una de las grabaciones con Lili Parmer y un reducido número del equipo, fuimos testigos en un corto espacio de tiempo de extrañas desapariciones de objetos que se cambiaban de lugar y que en un momento yo me desquicie y en medio de la situación discutí con la actriz, se formo tal tensión que fuimos testigos de como una silla se elevaba para caer bruscamente, escuchando un tremendo estruendo con lo que

todos quedamos mirándonos atónitos. Julio, tuvimos que parar y descansar".


La residencia fue elogiada en el extranjero, donde fue retitulada con el rimbombante La casa del gritó. En EE.UU., todavía hoy podemos ver como es perseguida por los devoradores de cult-movies, como uno de los más sólidos ejemplos de terror español con alta clase pero morboso. Las noticias y las malas respuestas por parte de la prensa de nuestro país no detuvo a los productores, que acudieron a Chicho Ibáñez con múltiples proyectos y guiones de toda índole, impacientes por otro rompetaquillas. Pero algo se interpuso en el camino del realizador. Un auténtico y verdadero "monstruo" de programa que atrapó durante muchos años al director entre sus garras, más de 15 años. Con todos ustedes, el Un, dos, tres... responda otra vez. Luego vendrían tantos, como Waku-Waku, Hablemos de sexo, Luz roja, El semáforo y que recordamos mucho mejor.



En la actualidad Chicho se encuentra recluido en su casa de Somosaguas en Madrid, recordando con nostalgia a los millones de seguidores de sus películas, obras de teatros y programas de televisión, de los que un día yo también fui uno de ellos. Ahora la vida me ha dado la gran oportunidad en estos últimos años de compartir más de una comida, un viaje, un desayuno... y vivir magistrales enseñanzas y anécdotas de este gran realizador y gran hombre, que ha compartido sobre todo su amistad conmigo. Pero sigamos con la figura de unos de los hombres más creativos de la televisión con el que he tenido el privilegio, como digo, de compartir conversaciones recordando trabajos televisivos, recordando a Fernando Jiménez del Oso. Chicho me contó que la primera vez que tuvo contacto con un joven Jiménez del Oso, fue en 1968, le escribió una carta de admiración a Chicho. Me mostró dicha carta que se encontraba encuadrada en un marco, cuidada "como oro en paño" (como solo se cuidan los regalos de alguien que has querido y no olvidas) y en una de sus caras tenía un magnífico dibujo minimalista de un cementerio y una posada realizados por el Doctor que tanta destreza tenía para ello. Con este reportaje quiero en nombre de muchos, agradecerte los grandes momentos de la televisión como también no dejó tu amigo y hermano, el Dr. Fernando Jiménez del Oso. Ojalá Chicho, la creatividad mueva tu voluntad y constancia para levantarte de esa silla y termines algunos de los proyectos que han quedado inacabados. Gracias Chicho, por tu amistad y compartir tus experiencias conmigo...Y así con los lectores de la revista "Enigmas" que tanto te aprecian y admiran.



ATRAPADO POR LO PARANORMAL


Para Chicho Ibáñez Serrador que siempre ha estado perseguido por lo insólito, se declara abiertamente creyente y apasionado del mundo paranormal y la parapsicología en general. Un hombre hecho así mismo con un temperamento firme y una imagen que en la actualidad recuerda a la figura de Dios, sus creencias espirituales le llevan a un plano más global en diferencia a lo que han mostrado y muestran las perturbadoras religiones que puebla el planeta respecto a la figura del creador. Si le preguntáramos sobre su opinión en relación a la ufología y la realidad de los ovnis en particular, no dudaría ni un momento su respuesta, ya que él ha sido testigo del avistamiento de un "platillo volante" mientras circulaba por una carretera solitaria de la provincia de Barcelona en el año 1971. El avistamiento, detectado por los radares del aeropuerto de El Prat, fue recogido incluso por el diario ABC. "La velocidad de sus desplazamientos, el miedo y el deseo de verlo mejor me hizo sacar de maletero una escopeta con mira tescópica. Aquello realizaba frenadas en seco que no podían se atribuidas a ninguna nave terrestre". A pesar de su delicada salud en la que se encuentra Chicho en la actualidad, es positivo y reafirma su creencia en "la vida después de la vida". Y en estos momentos, siente más que nunca, la presencia benéfica de su Madre Pepita, que siempre le ha estado acompañando.


UNA INVESTIGACIÓN PARANORMAL CAPITANEADA POR EL MISMO CHICHO IBÁÑEZ SERRADOR.



Casi todos hemos oído hablar de los fenómenos paranormales que tienen lugar el "La casa de la muerte", como así se ha dado en denominar durante tiempos atrás al Museo Árabe Yusuf Alburch de la ciudad extremeña de Cáceres. En el mismo corazón de la parte antigua, en una construcción datada en el siglo XII aunque se tiene certeza se que fue edificada sobre otra romana del siglo I antes de Cristo. En los últimos años se han realizado una ingente cantidad de excavaciones, hallándose piezas pertenecientes a la cultura árabe, así como otras de origen celta. D. José de la Torre, propietario de la finca en cuestión, construyó para su familia una casa sobre el actual museo. No era extraño percibir la presencia de "algo" invisible que se movía a su libre albedrío, cambiando los objetos de lugar. Pero la leyenda ha envuelto este inmueble desde hace aproximadamente más de veinticinco años, son muchos los testigos que dicen ver a un supuesto

espectro de una apuesta "mora" que vaga por el museo.

A principio del pasado año yo le comenté al amigo Chicho de este lugar del que ya había escuchado hablar de tan peculiar leyenda y hasta allí nos fuimos a comprobar los fenómenos que se viven en aquel lugar. Y los acontecimientos podría haber sido el guión de uno de los capítulos de Historias para no dormir.


UNA NOCHE DE TERROR


Chicho y yo nos acercamos a la ciudad mágica de Cáceres acompañados de l amigo Horacio Ruiz, (Hipnoterapeuta) y de un equipo de doce personas coordinadas por los investigadores José Luis Tajada y Fernando Rosillo, además de un número ingente de aparatos, mesas de sonido, más de quince micrófonos, quinientos metros de cables y ocho cámaras de televisión, todo ello capitaneado por el magistral realizador de televisión que es Chicho Ibáñez Serrador.

Nos colocamos en el museo Árabe desde las seis de la tarde instalando en cada galería el número de aparatos,

cámaras y micrófonos precisos para constatar cualquier movimiento desconocido, tal vez, realizado desde el "otro lado". A partir de las tres y media de la mañana empezaron a constatarse hechos extraños, sonidos, voces y mensajes que impregnaban la mesa de sonido provenientes de distintas galería donde no se encontraba nadie. A través de las cámaras se observaban terroríficas y misteriosas imágenes, en donde una de las velas situadas en la octava galería se encendía de forma de desconocida e inusual. Como de una película de terror íbamos constatando en nuestras carnes, como la temperatura llegaba incluso hasta dos y tres grados bajo cero en interior del museo a medida que la noche se prolongaba, lo que se llama termogénesis, fenómeno de variación brusca de la temperatura, algo muy común en todo este tipo de casas encantadas.

Toda la noche era un vaivén de fenómenos extraños que cada uno de los doce íbamos sintiendo. Una experiencia de hipnosis de la que fuimos testigos en la séptima galería del museo, llevada acabo por el magistral hipnoterapeuta, Horacio Ruiz, miembro del equipo de investigación del desaparecido Dr. Fernando Jiménez del Oso. El hijo de Chicho, Alejandro se prestó a esta experiencia y bajo los efectos alterados de conciencia pudo observar en un momento determinado, provocada por la hipnosis, como una mujer que no era del equipo, atravesaba una cortina de la galería del museo. Toda una noche llena de hechos asombrosos donde lo que si nos quedó claro a cada uno de nosotros, fue, que aquel lugar sobrepasaba a la razón, y que tal vez, sea el Museo Árabe Yusuf alburch, una puerta, hacía "el otro lado".